En poco más de un año han tenido que cambiarme el terminal original por otro, y sólo para volver a sufrir el mismo problema: se queda bloqueado por completo. Eso sin contar la mala respuesta de la pantalla para moverse por menús o utilizar algunas de sus aplicaciones. Después de esta experiencia no volveré a tener ningún otro Nokia (salvo el 5800, que sí fue un modelo bien pensado).